Salvador Dalí ya pedía Perdón

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Salvador Dalí VermutGenio y figura. Salvador Dalí, representante del arte surrealista, llegó a crear un estilo propio basado en la paranoia, el mundo de los sueños, de la sin razón y de la subconsciencia. Hablar de Dalí es hablar de arte en todas sus vertientes, desde la pintura, la escultura, la literatura e incluso de la escenografía.

Su excentricismo no solo se reflejaba en sus obras, sino en su vida cotidiana. Uno de los hábitos mas habituales de él eran las largas charlas con amigos o compañeros de profesión con un vaso en la mano. Conversaciones que se alargaban hasta bien entrada la noche donde compartían anécdotas, experiencias o temas de actualidad, que luego le servían como fuente de inspiración. Un ejemplo de ello se puede ver en cartas que escribía a compañeros de profesión sobre sus aficiones, como “Noche de deudas fabulosas y alcohol” dirigida a Luis Buñuel, donde relata la historia de una noche con García Lorca y Pepín Bueno.

Y es que al genio catalán le encantaba degustar cocteles y vinos, teniendo ya varias marcas asociados a su nombre con el paso de los años. Pero uno de sus tragos preferidos era el vermut doble, al que siempre acompañaba con aceitunas. No era de extrañar que el excentricismo del artista se pasase a sus hábitos mas comunes, y a la hora de tomarse ese vermut doble se podía reflejar eso. Dalí tomaba el vermut tibio, ni frio ni caliente, algo que a sus invitados no gustaba, y algo que a día de hoy es impensable. No le gustaba acompañar el vermut con hielos, como se recomienda a día de hoy y como se lleva en la práctica.

Quizás sea esa singularidad la que convirtió al artista en lo que es ahora, su forma de ser se reflejaba en sus aficiones y gustos, y tomar un vermut con aceitunas en las calles de Barcelona mientras veía pasar a la gente era uno de ellos.